En un nuevo acto de tensión, Pionyang cumple su anuncio de romper rutas y vías férreas que enlazaban a ambas Coreas, profundizando la división entre los países vecinos.
Corea del Norte ha llevado a cabo la destrucción de rutas y vías férreas que conectaban su territorio con Corea del Sur, cumpliendo así con el anuncio realizado la semana pasada. La medida se adoptó luego de una reunión en Pionyang, donde el gobierno norcoreano decidió enmendar la Constitución Nacional, reforzando políticas que promueven un mayor aislamiento.
Esta decisión marca un nuevo episodio en la ya tensa relación entre ambos países, que ha estado marcada por desacuerdos históricos y conflictos no resueltos desde la Guerra de Corea. Las rutas y conexiones ferroviarias entre las dos Coreas eran uno de los pocos símbolos de cooperación, utilizados ocasionalmente para intercambio humanitario y misiones especiales.
Con la destrucción de estas conexiones, la posibilidad de diálogo y colaboración parece cada vez más distante, y las tensiones en la península se agravan, generando preocupación a nivel internacional. Analistas temen que este acto unilateral de Pionyang sea una señal de un endurecimiento en su postura hacia Seúl y la comunidad global.
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