No hay día que pasemos en Turquía sin tomar un çay -o tres o cuatro-. Desde la costa del Mar Negro para todo el país, el té para los turcos más que una bebida es un ritual. A simple vista, el té turco es igual al que todos conocemos, pero en este posteo te vamos a contar sobre los secretos que lo hacen único en el mundo.
Curiosidades del té turco
Las curiosas tazas de té turco junto al tavla, el juego preferido de los turcos
¿Por qué en algunos países se llama chai y en otros té?
Quizás nunca te pusiste a pensarlo en detalle, pero en todos los idiomas la palabra para nombrar a la segunda bebida más popular del mundo después del agua, es algo parecido a té o a chai: té en español, tea en inglés, thé en francés, tè en italiano, teh en malayo, chá en portugués, ça en kurdo, 차 (cha) en coreano, ชา (cha) en tailandés y çay en turco, entre tantos otros.
No es que el mundo esté dividido en dos grandes bandos, sino que todos los caminos conducen a China, donde empezó todo.
El caracter chino para té es 茶, y la pronunciación varía según la región. En mandarín se dice chá, pero en varias zonas de China se pronuncia té. Estas dos pronunciaciones fueron las que se expandieron por todo el mundo, y cada comprador tomó el nombre que su vendedor le daba: algo así como «dime cómo lo llamas y te diré con quién has comerciado».
¿Qué té es el té turco?
El preferido de los turcos es el té negro. Dicen que lo eligen porque es antioxidante y contrarresta los efectos del tabaco y del alcohol, otros dos favoritos en el país. No por nada se popularizó la frase «fuma como un turco».
Cuando lo pruebes, seguramente vas a notar que es el mismo sabor al té que estás acostumbrado, pero lo que cambia es la manera de prepararlo y de servirlo. Çaykur es la marca principal.
Dos clásicos de Turquía: el té y el simit
Más allá del té negro: ¿flores o piedras para la pecera?
Cuando te sientes en una casa de té, vas a notar que entre las particulares tacitas de çay hay algunas que desentonan por sus colores fluorescentes: es el té de frutas. Si brillan mucho, es porque son lo que nosotros llamamos «piedritas para la pecera», que sería como un polvito de jugo Tang granulado que se mezcla con agua caliente, creando una bebida extra dulce y totalmente artificial. Quedó claro que no nos gustó, ¿no?
Peeeero, también están los distintos tipos de té de frutas naturales, que son riquísimos y que también podés conseguir para llevarte a casa. Hay de jazmín, de limón, de manzana, de granada y muchas opciones más. Eso sí: si estás en Estambul, te recomendamos que los compres en las calles que están alrededor del Spice Bazaar, no adentro. La calidad es la misma, pero en los puestos del Spice o del Grand Bazaar te van a cobrar dos o tres veces más de lo que pagarías afuera.
¿Piedritas para la pecera? Mejor evitarlas
Los turcos son imbatibles
Ni los chinos ni los ingleses: los turcos son los principales consumidores de té del mundo. Y no solo eso, sino que son autosuficientes: todo el té que consumen se produce a orillas del Mar Negro. ¡Tomá pa’ vó’!
Una de nuestras casas de té favoritas en Estambul
Cuando la ruta nos lleva a pasar unos días en una plantación de té turco
Entramos a Turquía por la puerta de atrás, esa que siempre suele estar abierta. Ahí fue que caímos en la casa de Yasin, a quien conocimos por Couchsurfing. Por esas causalidades del viaje, vivía en un pueblito perdido entre plantaciones de té: Çifteköprü; con 200 habitantes y 20 perros.
Con todos sus ahorros, Yasin se compró un terreno del tamaño de media cancha de fútbol para hacer una plantación de té, así que estuvimos ayudándolo con la recolección. Para hacerlo, enganchan unas bolsas a las tijeras y ahí van juntando todas las hojas que se convertirán en historias cuando dos o más personas se junten a disfrutarlas.
Además, al costado de la ruta acomodó cuatro mesas, armó un fueguito, y con la leña que él mismo junta calienta el agua para hacer el té que servirá de refugio momentáneo a los camioneros, conductores… o a dos viajeros, curiosos, tratando de entender un poco más acerca de lo que los turcos tanto aman.
En las plantaciones de té
Juntando té como los expertos
El té listo para ser secado
¿Por qué las tazas de té turco tienen esa forma?
Es imposible que pases de tu primera taza de té en Turquía sin perguntarte quién fue el creativo que imaginó unas tazas de vidrio sin manija para esta bebida caliente, pero creénos, después de varias rondas terminás acostumbrándote y ya no te quemás. Los turcos afirman que sus tazas son mejores por tres razones:
1- Porque al ser chiquitas se aseguran de que siempre tengas el té caliente. Total, siempre se puede rellenar.
2- Porque la forma mantiene el calor (no solo el tamaño).
3- Porque al ser transparentes se puede ver bien la intensidad. Y este punto es clave porque los turcos tienen un concentrado de té en una pava que lo rebajan con agua hirviendo, por lo tanto necesitan ver el color del té para asegurarse de que están sirviendo la intensidad correcta.
La clásica tacita turca
O algunas un poco más sofisticadas
Y hablando de intensidad
Esa es la explicación de por qué vas a ver teteras de dos pisos en las casas. O, si vas a una casa de té, vas a notar que te ponen un chorrito de té desde una pava, y después lo van a rebajar con agua desde una canilla. De esta forma pueden complacer a todos: quien quiere el té fuerte o suave, puede pedirlo. Si no le aclarás nada, siempre será un punto intermedio tirando a fuerte.
Arriba, el té concentrado en las pavas; de la canilla, el agua hirviendo
Teteras de dos pisos en las calles de Estambul
Dulce adicción
Por último, los turcos son muy melosos. Por la calle se ven muchas parejas con rosas, peluches y tienen muchas canciones romanticonas. El té turco no podía quedarse atrás.
Por defecto, cada vez que pidas un çay, va a venir con dos terrones de azúcar en un platito (en caso de que no esté la azucarera al lado). Si consideramos que un turco promedio toma al menos diez tacitas de çay por día, eso es demasiada cantidad de azúcar a diario. Entre el azúcar y la teína, se vuelve adictivo.
Mínimo, dos terrones de azúcar
Pero así como en Argentina nadie toma mate porque tiene sed, en Turquía el çay es mucho más que una bebida. Es el rompehielos para poder empezar una conversación con un extraño, un ritual que forma parte del patrimonio intangible, y la forma que tienen de darte la bienvenida a su país. Porque una taza de çay no se le niega a nadie… y tampoco se rechaza. ¡Salud!
Nuestro ritual diario en Turquía
Fuente: Marcando el Polo
Los comentarios están cerrados.