Rusia ha creado un clima omnipresente de miedo en las áreas que ocupa en el territorio de Ucrania
Según informes ha cometido violaciones generalizadas del derecho internacional humanitario y de los derechos humanos para consolidar su control sobre los residentes, según un informe difundido este miércoles por la Oficina de Derechos Humanos de las Naciones Unidas.
El documento, basado en más de 2.300 entrevistas con víctimas y testigos, detalla las tácticas que Rusia ha utilizado para imponer el ruso como idioma y como ciudadanía, así como sus leyes, su sistema judicial y sus planes de estudios -que incluyen justificaciones del ataque armado contra Ucrania- en esas regiones ocupadas.
“Las acciones de la Federación Rusa han destruido el tejido social de las comunidades y han dejado a personas aisladas, con consecuencias profundas y duraderas para la sociedad ucraniana en su conjunto”, dijo el alto comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Türk, al publicarse el informe.
La Oficina de Türk denuncia que desde el principio de la guerra, las fuerzas armadas rusas cometieron violaciones como detenciones arbitrarias de civiles, torturas y desapariciones forzadas, para lo cual gozaron de una «impunidad generalizada».
«Si bien las fuerzas armadas rusas inicialmente atacaron a personas percibidas como una amenaza para la seguridad, con el tiempo se incluyó a cualquier persona que se percibiera como opuesta a la ocupación», señala.
Para ejercer su control, las autoridades ocupantes bloquearon el acceso a las redes móviles, de internet y a los canales de radio y televisión de Ucrania, desviando las señales a través de redes rusas. «Se animó a la gente a delatarse unos a otros, lo que les hizo temer incluso a sus propios amigos y vecinos«, se explica.
El informe también detalla la situación en las zonas recuperadas por las fuerzas ucranianas a finales de 2022, incluidas Mikolaiv y partes de las regiones de Járkov y Jersón, a las que posteriormente tuvo acceso la Oficina de Derechos Humanos de la ONU.
«La invasión, ocupación y posterior recuperación por parte de Ucrania de esas áreas dejó viviendas e infraestructuras dañadas, tierras contaminadas por minas y restos explosivos de guerra, recursos saqueados, una economía local colapsada y una comunidad traumatizada y desconfiada», relata el informe.
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