Fue procesado el cartonero de 29 años Isaías Suárez acusado de apuñalar y matar al ingeniero civil Mariano Barbieri

Es con prisión preventiva por los delitos de homicidio agravado por haber sido perpetrado para consumar otro delito (criminis causae) y robo agravado por su comisión con armas.

Así lo resolvió hoy la jueza en lo criminal y correccional porteña Yamile Bernan en una resolución de 38 páginas. La magistrada, en una parte del fallo, sostuvo que el homicidio fue el epílogo de un “despiadado ataque”.

“Continuando con el análisis en cuanto a la forma en la que se produjo el despiadado ataque, resultó relevante la necropsia practicada al cuerpo del damnificado, que corroboró que su muerte fue producto de lesiones por arma blanca en tórax y hemorragia interna”, sostuvo la jueza Bernan en la resolución, a la que tuvo acceso LA NACION.

El homicidio de Barbieri, de 42 años y que había sido padre en junio pasado, ocurrió el 30 del mes pasado a las 22.40 en la plaza Sicilia, en Palermo Chico. Tras apuñalar a la víctima, el asesino le robó su teléfono celular marcar Motorola modelo G7.

El ingeniero civil vivía con su pareja, Maricel González Flores, y su bebé, en Bella Vista, pero dos semanas antes del crimen, tras una discusión con su mujer, se había ido al departamento de un amigo, en Palermo.

La noche del homicidio, había salido a meditar y a observar el “fenómeno de la ‘Luna Azul’”, afirmó González Flores cuando declaró como testigo, según consta en el expediente judicial.

“Mientras la víctima se encontraba sentada en el suelo en el interior del parque, Suárez lo sorprendió y, con la finalidad de quitarle sus bienes, lo atacó con un cuchillo tipo tramontina (con hoja metálica de aproximadamente 20 centímetros de largo) que clavó en su tórax, punto en el que ambos se trenzaron en lucha hasta que Suárez logró quitarle a la víctima su teléfono celular, marca Motorola, modelo G7, tras lo cual huyó corriendo de allí con sentido hacia la intersección de las avenidas Berro y Casares”, se describe en la imputación por la cual fue indagado el sospechoso, detenido por detectives de la Policía de la Ciudad en la villa 31, de Retiro.

El sospechoso fue identificado tras una investigación del fiscal Marcelo Munilla Lacasa y detectives de la División Homicidios de la Policía de la Ciudad, quienes reconstruyeron con las imágenes captadas por al menos 15 cámaras el recorrido que, en 56 minutos, hizo el presunto homicida para llegar a la escena del crimen, en la plaza Sicilia, y para irse de ella rumbo a la Villa 31.

“Las elocuentes imágenes avientan la posibilidad del Tribunal de advertir con facilidad las evidentes semejanzas entre al autor del hecho –captado por las cámaras– e Isaías José Suárez. Cabe además destacar que, al ser detenido, el nombrado tenía en su poder una bufanda similar a aquella que, tal como se ve en las filmaciones, llevaba el autor del hecho. Tal bufanda fue examinada por personal de la División Análisis Físicos, Químicos e Industriales de la Policía de la Ciudad, determinándose que presentaba manchas de sangre humana”, sostuvo la jueza en su fallo.

Para fundamentar la prisión preventiva de Suárez, la magistrada tuvo en cuenta los riesgos procesales de fuga y de entorpecimiento de la investigación.

“Se verifican pautas objetivas que permiten afirmar que, de otorgársele la libertad, el encartado no comparecerá ante el tribunal cuando sea convocado y podría entorpecer el curso de la investigación, y que de no neutralizarse el riesgo que su libertad conllevaría se imposibilitaría la realización de los fines del proceso. De igual modo, no puede soslayarse el alto grado de violencia que el imputado desplegó para cometer el evento investigado, lo que amerita mantenerlo privado de su libertad. En ese sentido, recuérdese que para apoderarse del teléfono de la víctima, Suárez la atacó por sorpresa, en horario nocturno, y sin mediar palabras le propinó una puñalada en el pecho que le provocó las lesiones que condujeron a su muerte”, se explicó en el fallo.

En la resolución, además, la jueza Bernan sobreseyó a un segundo sospechoso, que también había sido detenido en la villa 31. Se trata de un joven de 25 años de nacionalidad venezolana.

“Vale la pena recordar que [el ciudadano venezolano] fue inicialmente vinculado a la investigación debido a que fue hallado en los accesos a la villa 31, precisamente hacia donde huyó el autor del hecho, vistiendo una gorra y, especialmente, una campera cuyas características, muy particulares coincidían en rasgos generales con aquellas que, de acuerdo a lo que se aprecia en las filmaciones con las que se cuenta, vestía el individuo que cometió el hecho investigado. Sin perjuicio de ello, lo cierto es que las medidas de prueba practicadas con posterioridad a la detención han desvirtuado el grado de sospecha que existía contra él”, sostuvo la magistrada al fundamentar el sobreseimiento.

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