Estarían faltando tres millones de viviendas para satisfacer las necesidades habitacionales de la población en Argentina

De acuerdo a un estudio reciente del Departamento de Investigaciones de la Fundación de Estudios para Desarrollos Inmobiliarios (FEDI), en la Argentina hay 12.2 millones de hogares y el 16% de estos pertenecen a viviendas alquiladas, lo cual equivale a dos millones de familias.

Este déficit se incrementa a un ritmo de 36 mil viviendas por año, aproximadamente.

De acuerdo al arquitecto Marcelo Satulovski, director de FEDI, «el problema no es nuevo. Ya en los años ochenta se hablaba de unos tres millones de déficit. En números totales, el cuadro mostró leves mejoras en la comparación 1980/2001. Sin embargo, de acuerdo al Censo 2010, Argentina tiene hoy en día un déficit habitacional de 3.5 millones de viviendas».

Satulovski, quien también fue consultor para el Banco Mundial, asesor para instancias de gobierno nacionales, provinciales y municipales y participó en proyectos para el BID, UNESCO y OEA, explica de esta manera cuál es la realidad del déficit habitacional en el país y qué lugar ocupa en este panorama la demanda de viviendas de alquiler: «Más de dos millones de familias habitan viviendas deficitarias y otro 1.3 millones atraviesan situaciones de hacinamiento. Las condiciones deficitarias alcanzan así al 28% de los hogares. Al mismo tiempo, año tras año, el saldo entre la cantidad de nuevas familias y las nuevas viviendas construidas viene siendo negativo. Si bien en los últimos años PRO.CRE.AR generó cierta dinámica diferente a la de la década 2001/10, no es menos cierto que a partir de 2011 la producción privada se fue contrayendo año a año».

Faltarían 3 millones de viviendas para satisfacer las necesidades habitacionales de la población.

En la Ciudad de Buenos Aires, el Consejo Profesional de Arquitectura CPAU señala que la cantidad de proyectos nuevos registrados en el primer trimestre de este año alcanzó apenas al 20% de lo ingresado en el mismo periodo de 2011, antes del cepo. Por otra parte, todo esto impacta en las modalidades de tenencia de la vivienda: en CABA, el porcentaje de familias que alquilan pasó de algo más del 20% en el 91, a una proyección que alcanzaría cifras en el orden de una cada tres familias. Y en paralelo, prácticamente se duplicó en la última década la cantidad de familias que comparten una misma vivienda, pasando de 6,6% a 12,2% de los hogares.

Algunas pistas de por qué sucede esto, en palabras de Satulovski: «Hay una gran ausencia de políticas integrales en torno al hábitat, desarrollo territorial, suelo y vivienda. Tenemos que comprender que el acceso a la vivienda no es cuatro paredes y un techo. Es pensar una vivienda digna. Y esto lleva también implícitas condiciones de infraestructura y habitabilidad, como del acceso pleno a la vida urbana, el ‘derecho a la ciudad´. Es mucha nuestra dificultad como sociedad para pensar con sentido estratégico a mediano y largo plazo; para construir consensos intersectoriales en torno al desarrollo de nuestras ciudades y su gente; para afrontar problemáticas que, dada la escala del desafío, es claro que no llevaran un par de años sino, en el mejor de los casos, un par de mandatos (o hasta décadas). Todo depende de nuestra capacidad como conjunto social para construir consensos en cuanto a las metas y algunas pocas grandes líneas de trabajo. Las políticas, la articulación entre sectores va a depender de la constancia que tengamos para aplicarlas de manera sostenida y sustentable».

(Informe: Ignacio Javier Olguín)

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