En el Gobierno evitaron manifestar sorpresa tras el anuncio de la CGT de un paro general convocado para el 24 de enero 

Pese a que antes de la reunión gremial de este jueves todo indicaba que las medidas de la central obrera irían in crescendo con el correr de las semanas, la decisión final de establecer ya una fecha para su huelga general no terminó trocando en sorpresa pese a que la administración de Javier Milei lleva 18 días en el poder.

Las filas libertarias tampoco demostraron preocupación por lo que puede suceder en un nuevo desafío al protocolo antipiquetes establecido por Ministerio de Seguridad de Patricia Bullrich“Estamos convencidos de lo que estamos haciendo”, sintetizaron parte de las fuentes consultadas.

“Es una reacción lógica de un grupo de poder. Se quieren valorizar”, dijo un funcionario libertario sobre el anuncio de la CGT. Completó su lectura de la situación refiriéndose al nuevo panorama que se abre en la oposición, donde no existe un líder definido. “Se está reconstruyendo la oposición y los sindicatos están diciendo con esto: ‘No queremos dejar de ser un nicho de poder’”, evaluó.

La CGT marchó ayer al Palacio de Tribunales, donde hizo una presentación judicial contra el mega DNU conocido la semana pasada, lo que fue desestimado por el juez José Ignacio Ramonet. Allí se mostraron acompañados por movimientos sociales, como Unidad Piquetera, de Eduardo Belliboni, y la UTEP, de Juan Grabois, que por estas horas emerge como otra de las voces claras que se escuchan desde la oposición.

“¿Y la política dónde está? ¿Dónde están los partidos de Unión por la Patria? ¿Dónde están nuestros dirigentes?”, preguntó Grabois ayer, desde la marcha. E insistió: “¿Dónde está el presidente del PJ, expresidente de la Nación? ¿Dónde está nuestro candidato, al que yo voté, Sergio Massa?”. Ese posicionamiento del referente social hizo que se multiplicaran las lecturas respecto de las diferencias al interior de Unión por la Patria entre los sectores más progresistas del peronismo y otros “puros” u ortodoxos, como la CGT.

Esta tarde en Balcarce 50 había cuestionamientos a la CGT por su inactividad pública en los últimos años, pese a los pésimos indicadores económicos y sociales que golpean a la Argentina y se profundizaron en la administración de Alberto Fernández.

“Estuvieron cuatro años sin decir nada, mientras se derrumbaban los salarios y crecía la inflación y ahora salen con esto. No extraña, es un clásico de ellos cuando el gobierno de turno no es peronista”, dijo una de las fuentes consultadas. “Se despertaron después de años dormidos”.

“El paro es en respuesta a un DNU ilegal. No hay necesidad ni urgencia de aparecer con tantos artículos que dan vuelta la matriz del país. Atenta contra los derechos individuales y colectivos de los trabajadores, también contra el sistema solidario de salud”, había argumentado más temprano Héctor Daer (Sanidad), uno de los integrantes del triunvirato de mando de la CGT, para justificar la medidas.

“Hablan de la ilegalidad del DNU y no dicen nada del contenido porque pierden privilegios”, completó una de las voces consultadas en el Gobierno. “Es una señal que estamos haciendo las cosas bien. Vamos a fondo y eso les molesta”, deslizó otro funcionario consultado. “Era de esperar, tiempo más, tiempo menos, pero iba a pasar”, completó.

En el Gobierno explicaban este miércoles que existían conversaciones con distintos sindicalistas, como el propio Daer y el líder de la Uocra, Gerardo Martínez, entre otros. Le asignaban esas conversaciones, de carácter informal, a Guillermo Francos, ministro del Interior. Francos, de extracción peronista, tiene desde hace muchos años relación con ellos. “Son relaciones personales de él, que mantuvo incluso por fuera de la función pública”, cuentan en el oficialismo.

La semana pasada había circulado que Francos estuvo reunido en Casa Rosada con miembros de la CGT, lo que fue desmentido desde el oficialismo. No obstante, la insistente versión que circuló durante varias horas fue, para muchos, una señal de que el movimiento sindical estaba presionando públicamente para un encuentro formal. Antes de eso, lanzaron el anuncio de paro que batió un récord histórico, que hasta ahora tenía Fernando de la Rúa, quien en el año 2000 sufrió su primera huelga 77 días después de asumir.

COMENTARIOS

Los comentarios están cerrados.