Un testigo involucra a un excompañero de colegio en la desaparición del joven enterrado junto a la casa de Cerati
Diego Fernández, de 16 años, desapareció en 1984. La Fiscalía presenta una hipótesis ligada a un antiguo compañero del colegio del joven, cuya desaparición aún permanece en misterio.
n testigo denunció haber visto a un excompañero de colegio del joven Diego Fernández, quien fue enterrado junto a la casa del músico Gustavo Cerati, en relación a la desaparición del adolescente de 16 años ocurrida en 1984. La fiscalía, que investiga el caso, ha comenzado a evaluar esta declaración y las posibles conexiones con la desaparición del joven.
La hipótesis de la fiscalía sugiere que el excompañero mencionado podría estar involucrado en la desaparición de Fernández, aunque las pruebas concretas aún están en etapa preliminar. La investigación continúa en busca de esclarecer los hechos y determinar responsabilidades en uno de los casos más enigmáticos de la historia reciente.
El hallazgo que reabrió la causa
Cuatro décadas después, el misterio empezó a resolverse de casualidad. El 20 de mayo pasado, unos obreros que levantaban una medianera en Congreso 3748 encontraron huesos humanos tras un derrumbe.
El terreno había pertenecido a una casona donde vivieron la artista Marina Olmi y el músico Gustavo Cerati, detalle que ayudó a que el caso tomara notoriedad.
Un sobrino de Diego, al ver la noticia, ató cabos: la edad, la vestimenta, el lugar. Sospechó que podía tratarse de su tío, y no se equivocó.
Una prueba de ADN realizada por el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) confirmó que los 150 huesos que encontraron en el jardín del chalet de avenida Congreso 3742 eran de Diego Fernández.

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