Un supuesto diplomático de la Embajada de Rusia protagonizó un tenso episodio en el barrio porteño de Recoleta al negarse a realizar el control de alcoholemia solicitado por agentes de tránsito. Dos funcionarios de la embajada intervinieron en el lugar para mediar con la Policía de la Ciudad.
Un incidente protagonizado por un diplomático de la Embajada de Rusia generó tensión en las calles de Recoleta. Según trascendió, el conductor fue detenido en un control vehicular de rutina, donde se le solicitó realizar el test de alcoholemia. Sin embargo, el diplomático se negó rotundamente a cumplir con el procedimiento.
El conductor permaneció dentro del vehículo, evitando bajar la ventanilla o entablar diálogo con los agentes de tránsito. La situación escaló cuando dos funcionarios de la Embajada de Rusia llegaron al lugar para intervenir en el conflicto y negociar con las autoridades locales.
Debido a la inmunidad diplomática que protege a este tipo de funcionarios, no se pudo proceder con las sanciones habituales ni avanzar con el test. La Policía de la Ciudad y los agentes de tránsito se limitaron a registrar el incidente y permitir que el conductor abandonara el lugar escoltado por los representantes consulares.
El hecho generó malestar entre los transeúntes y testigos, quienes señalaron la falta de cooperación del diplomático. Las autoridades porteñas destacaron que este tipo de situaciones pone de manifiesto las dificultades que implica garantizar la seguridad vial cuando están involucrados miembros de cuerpos diplomáticos.
Por el momento, no se emitió un comunicado oficial por parte de la Embajada de Rusia ni se aclaró si el incidente será tratado en el ámbito diplomático. Este caso reaviva el debate sobre los alcances de la inmunidad diplomática y la necesidad de establecer protocolos más claros para garantizar el cumplimiento de las leyes locales.
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