Los expertos en salud mental explican qué puede revelar este comportamiento sobre las necesidades emocionales y las experiencias personales de quien así lo vive.
Considerar a un perro como un hijo es una actitud cada vez más común y, desde la psicología, tiene interpretaciones profundas sobre el estado emocional de la persona. Los especialistas aseguran que este vínculo puede reflejar búsquedas de afecto, protección y seguridad, además de dificultades en las relaciones humanas tradicionales.
Este comportamiento puede ser una forma de compensar carencias afectivas, una expresión de necesidad de cuidar y sentir que tienen un rol importante en la vida, o una respuesta a experiencias traumáticas o sentimientos de soledad. Los expertos destacan que comprender estos comportamientos ayuda a entender mejor las maneras en las que las personas buscan amor y pertenencia en su entorno, y cómo su relación con las mascotas puede reflejar su estado emocional interno. #EstadoEmocional

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