El bostezo es un acto reflejo que realizamos desde antes de nacer, y que comparten múltiples especies en el reino animal. Aunque las razones exactas siguen siendo objeto de estudio, su naturaleza contagiosa parece estar vinculada a la empatía y a mecanismos sociales.
Bostezar es una acción que todos hemos experimentado innumerables veces a lo largo de nuestra vida. Curiosamente, este acto no solo es común entre los seres humanos, sino que también se observa en mamíferos, aves, reptiles, anfibios e incluso peces. De hecho, comenzamos a bostezar desde que estamos en el vientre materno, lo que sugiere que es un comportamiento profundamente arraigado en nuestro sistema biológico.
¿Por qué bostezamos?
Aunque el bostezo es una conducta ampliamente conocida, sus causas aún no se comprenden del todo. Durante años, se ha especulado que bostezar ayuda a aumentar el suministro de oxígeno al cerebro, especialmente cuando estamos cansados o aburridos. Sin embargo, estudios recientes han sugerido que la función principal del bostezo podría estar relacionada con la regulación de la temperatura cerebral. Al bostezar, inhalamos aire fresco, lo que podría ayudar a enfriar el cerebro y mantenerlo alerta y funcional.
Otras teorías indican que el bostezo podría tener una función de estiramiento para los músculos de la mandíbula, ayudando a mantener la alerta, o que está relacionado con el equilibrio de sustancias químicas en el cerebro, como la dopamina y la serotonina, que influyen en la sensación de cansancio y el estado de ánimo.
¿Por qué el bostezo es tan contagioso?
Uno de los aspectos más intrigantes del bostezo es lo fácil que se contagia. Basta ver a alguien bostezar, leer sobre el bostezo o incluso pensar en él para que nuestro cuerpo reaccione. Este fenómeno ha sido observado en humanos y también en otras especies, como perros, chimpancés y hasta aves.
Los científicos creen que esta contagiosidad está ligada a la empatía y la comunicación social. Ver a alguien bostezar puede activar una respuesta empática en nuestro cerebro, una forma de conectar emocionalmente con otras personas. De hecho, se ha demostrado que las personas con una mayor capacidad de empatía tienden a contagiarse más fácilmente del bostezo. Este fenómeno podría haber evolucionado como un mecanismo social para sincronizar el comportamiento y los estados de alerta dentro de un grupo, lo que sería particularmente útil en entornos donde la cooperación y la vigilancia son esenciales para la supervivencia.
A pesar de todo, el bostezo sigue siendo un enigma que mezcla la biología, la neurología y la psicología, y que sigue despertando la curiosidad de los científicos alrededor del mundo.
Además, podría se síntoma de alguna de estas enfermedades:
- ACV.
- Parkinson.
- Epilepsia.
- Migraña.
- Esclerosis múltiple.
- Tumor cerebral.
Además, hay que tener en cuenta que el bostezo también puede estar causado por medicaciones, como antidepresivos, opioides, medicamentos dopaminérgicos o benzodiacepinas.

Los comentarios están cerrados.