El Senado había aprobado un incremento del 9% en las dietas de los legisladores, pero luego de críticas y controversias, los jefes de bloque solicitaron a la presidenta de la Cámara Alta, Victoria Villarruel, que desistiera de implementarlo.
Los senadores nacionales se encontraron en el centro de la controversia luego de que se anunciara un aumento del 9,14% en sus dietas, en línea con la paritaria de los empleados del Congreso Nacional. Sin embargo, apenas unas horas después, se dio marcha atrás con la decisión.
La suba salarial, que elevaría los ingresos de los 72 integrantes de la Cámara alta a más de 8 millones de pesos brutos y más de 5 millones de pesos netos, provocó un fuerte rechazo público, especialmente en el contexto de debates como la Ley Bases y el Paquete Fiscal.
A mediados de abril, los senadores ya habían aprobado un aumento similar, generando un amplio repudio, incluso dentro del propio oficialismo. Las críticas no tardaron en llegar, e incluso el presidente del Senado, Javier Milei, cuestionó la medida en sus redes sociales, denunciando el accionar de «la casta».
Ante la presión pública y las críticas recibidas, los jefes de bloque se dirigieron al despacho de la presidenta del Senado, Victoria Villarruel, solicitándole que se revirtiera la decisión de aumentar las dietas de los legisladores. Esta vez, la respuesta fue diferente, y se dio marcha atrás con la medida, demostrando una sensibilidad hacia las demandas y la opinión pública.
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