La policía francesa detuvo 1.311 personas en la cuarta noche de protestas en importantes ciudades de Francia por la muerte de Nahel. M

En la cuarta noche de manifestaciones contra la violencia institucional, hubo saqueos en locales lujosos en las ciudades de Marsella, Lyon, Grenoble y Estrasburgo.

Y también se realizaron protestas en París y sus alrededores. La cifra de detenidos es la mayor desde que comenzaron los disturbios, el martes pasado, tras el asesinato del joven de origen argelino, en una parada de tráfico en Nanterre, un suburbio de París.

Según las autoridades, en la madrugada de este sábado 1.350 vehículos fueron incendiados o dañados, 234 edificios quemados o deteriorados y se registraron 2.560 incendios en la vía pública. El Ministerio del Interior también afirmó que 79 policías y gendarmes resultaron heridos.

En tanto, el funeral de Nahel se realizó este sábado en el municipio donde residía junto a su familia y fue acompañado por una multitud que se congregó en el cementerio de la localidad, donde había un ambiente tenso. «Que descanse en paz, que se haga justicia. He venido para apoyar a la mamá, ella no tenía a nadie más que a él«, declaró una mujer. 

Mounia, la madre de la víctima, dijo en la cadena France 5 que no culpa a la policía, sino solo al agente que le quitó la vida a su hijo.

Debate sobre la violencia policial

La muerte del joven, cuya familia es oriunda de Argelia, agitó el debate sobre la violencia policial en Francia, donde en 2022 murieron 13 personas en circunstancias similares y generó críticas a las fuerzas de seguridad que son percibidas como racistas por parte de la población.

Ni los 45.000 agentes movilizados ni los blindados desplegados en todo el país lograron detener los actos de vandalismo en ciudades como Marsella, Lyon, Grenoble y Estrasburgo, donde grupos de personas -muchas encapuchadas- saquearon comercios.

En París y en sus suburbios, a pesar de la lluvia, también se registraron disturbios durante esta madrugada, donde se produjeron 406 detenciones, cerca de la mitad de los arrestos efectuados a nivel nacional.

Las autoridades impusieron toques de queda en al menos tres localidades de la región de la capital francesa y en varias otras del país.

«El lunes, llamo a la inmobiliaria y pongo todo en venta, ya basta«, se quejó la dueña de una tienda en una calle peatonal que estaba llena de escombros, en el centro de la ciudad. «Hay que irse, no hay nada más que hacer», señaló el gerente de un pequeño hotel.

Reunión del comité de crisis 

El gobierno de Emmanuel Macron se encuentra bajo la presión de la derecha y la ultraderecha que le piden mano dura -incluso una «represión feroz» en palabras del político ultra Éric Zemmour– y quienes reclaman medidas de apaciguamiento.

Se suspendieron todos los grandes eventos y se organizó una nueva reunión de la célula de crisis para estudiar los siguientes pasos a dar, informó la oficina de la primera ministra, Élisabeth Borne, quien aseguró que se estudiarían «todas las opciones», entre ellas el estado de emergencia que reclama la oposición. Además, pidió a los ministros que permanecieran en París durante el fin de semana.

La ONU pidió a las autoridades francesas ocuparse seriamente de los «profundos» problemas de «racismo y discriminación racial» en sus fuerzas de seguridad, unas acusaciones que el Ministerio de Exteriores calificó de «totalmente infundadas».

La justicia decretó prisión preventiva por homicidio voluntario para el policía de 38 años, autor del asesinato. Según su abogado, el agente pidió «perdón a la familia» de Nahel.

La selección francesa de fútbol, capitaneada por Kylian Mbappé, señaló en un comunicado que «el tiempo de la violencia debe parar» y dejar lugar a «maneras pacíficas y constructivas de expresarse». «Desde este trágico suceso, asistimos a la expresión de una cólera popular que comprendemos en el fondo, pero no podemos aceptar en la forma», expresaron. 

Los disturbios despertaron preocupación en otros países, pues Francia albergará el Mundial de Rugby el próximo mes de septiembre y los Juegos Olímpicos en el verano boreal de 2024.

Varios países europeos como el Reino Unido, Alemania y Noruega advirtieron a sus ciudadanos en Francia que eviten las zonas de disturbios y que extremen la precaución.

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