Investigadores del Instituto Italiano de Tecnología, en Génova, crearon una batería comestible con aplicaciones en diversos ámbitos

Se aplicará desde la medicina y el examen de alimentos hasta la fabricación de juguetes. La “receta” incluye vitamina B2, quecetina, agua y alga nori, la misma que se usa para el sushi.

La batería que se puede comer y entusiasma a la medicina

Conforme avanzan las investigaciones en robótica y medicina en la fabricación de dispositivos en miniatura para análisis clínicos mínimamente invasivos, los desarrollos se topan con la dificultad de dar energía a esos componentes. La batería ideada por los científicos de la universidad genovesa genera entusiasmo, ya que es 100% comestible y puede disolverse de forma segura dentro del cuerpo luego de haber realizado su tarea.

El propósito primario es que los pacientes ingieran estas píldoras avanzadas que llevarán medicamentos a órganos específicos, o realizarán estudios desde dentro del cuerpo, evitando técnicas más invasivas y molestas.

Los detalles de la batería hecha con materiales comestibles: ¿cuáles son sus “ingredientes”?

El dispositivo, que aún es un prototipo, funciona a 0,65 voltios inofensivos y ofrece una corriente de 48 microamperios durante 12 minutos, tiempo suficiente para proporcionar una fuente de energía a los dispositivos electrónicos en miniatura.

Esta innovadora batería, que además es recargable, fue creada con vitamina B2 (riboflavina) que funciona como su extremo negativo; quercetina como cátodo; un electrolito que genera la carga con agua; y alga nori como separador. Se agregó carbón activado para aumentar la conductividad eléctrica, mientras que los contactos externos que transfieren la electricidad a otro dispositivo están hechos de cera de abejas.

La batería mantiene su carga durante docenas de ciclos, aunque necesita estar fuera del cuerpo para recargarse. El prototipo tiene un tamaño de alrededor de un centímetro cuadrado, pero los investigadores italianos trabajan para hacerlo todavía más pequeño, señala Science Alert.

Más usos para la batería comestible

“Los usos potenciales futuros van desde circuitos y sensores comestibles que pueden monitorear las condiciones de salud,hasta la entrega de energía para sensores que monitorean las condiciones de almacenamiento de alimentos”, explicó Mario Caironi, investigador de electrónica molecular en el Instituto Italiano de Tecnología. “Además, dado el nivel de seguridad de estas pilas, podrían utilizarse en juguetes infantiles, donde existe un alto riesgo de ingestión”, agregó.

Por su parte, el investigador Ivan Ilic que participa en el estudio, señaló: “Si bien nuestras baterías comestibles no alimentarán los autos eléctricos, son una prueba de que estos componentes se pueden fabricar con materiales más seguros que las baterías de iones de litio actuales (…) Creemos que inspirarán a otros científicos a construir baterías más seguras para un futuro verdaderamente sostenible”, cerró.

La investigación fue publicada en la publicación Advanced Materials.

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