El Locro: «es preciso recordar que nuestra cocina empieza con la conquista y colonización de España
La historiadora Graciela Audero indicó que para evocar las raíces de este plato donde la nueva cocina nace del cruce entre la cocina indígena y la española del final de la Edad Media.
España aportó a América trigo, arroz, cebada; ajo, perejil, cebolla, berenjena, romero, salvia, laurel; ganado bovino, ovino, caprino, porcino; especias como pimienta, canela, nuez moscada… y técnicas agrícolas y productivas”, explica.
El origen del locro se rastrea hasta la región del NOA y la Puna Andina
Como explica Mariano Cairou, autor de Filosofía gourmet, “el locro es un ejemplo de cocina fusión: era un guiso famoso de los indígenas, cuyos ingredientes principales son los mismos con los que se lo preparaba antes de Colón: maíz, zapallo, porotos, ají. Mientras que tanto en la preparación hispano-criolla como en la de nuestros días, los ingredientes adicionales varían de acuerdo con las provincias: carne de cerdo, chorizos, cebollas, pimentón”.
Para algunos historiadores, en 1810 el locro ya se comía en todo el territorio argentino, y ya había vendedores que lo ofrecían al público en el edificio de la Recova. Como cuenta el escritor Daniel Balmaceda, “allí se lo ofrecía en ollas humeantes a los que no querían invertir tiempo y trabajo en una preparación que podía llevar varias horas”. De todas maneras, no todos abonan a esta teoría, ya que aseguran que falta evidencia que lo compruebe.
¿Cómo llegó a ser tradición en nuestro país?
La historiadora Graciela Audero considera que se debe a los intentos de crear una cultura argentina que no quedara diluida en medio de la fuerte corriente inmigratorio de finales del siglo XIX. “A partir de la ocupación territorial en 1870-1880, un fuerte programa inmigratorio trae aportes de la cocina árabe, judía, alemana y, sobre todo, de la cocina italiana. Estos últimos fueron tan fuertes que suscitaron la necesidad de unificar la Nación en torno a comidas emblemáticas. La identidad se construyó en la ‘tradición nacional’ del gaucho y el asado, referentes del Río de la Plata y la región pampeana, donde se concentraban el poder político y económico”.
En los programas escolares posteriores se agregó el locro y la mazamorra para conmemorar la Revolución de 1810. “Hoy el locro es el único plato con antecedentes indígenas que, en todo el país, comemos en las Fiestas Patrias y en otras celebraciones”.
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