El jefe del Grupo Wagner, Yevgeni Prigozhin, lanzó su primer mensaje público: un nuevo desafío contra los “traidores” de la élite rusa
Refugiado en Bielorrusia, donde se encuentra desde que salió de Rusia tras alcanzar un acuerdo con Vladimir Putin luego del levantamiento protagonizado por el grupo de mercenarios que encabeza, pidió apoyo y aseguró que “habrá nuevas victorias en el frente”.
“Hoy más que nunca es necesario su apoyo”, enfatizó en la grabación de audio.
“Gracias por ello. Quiero que entiendan que nuestra marcha por la justicia buscaba acabar con los traidores y movilizar a la sociedad, y creo que lo hemos logrado en gran medida”, agregó en el mensaje publicado en su canal de Telegram afín al Grupo Wagner.
En este sentido, expresó su “confianza en que todo el mundo pueda ver en un futuro cercano las nuevas victorias del grupo en el frente”, si bien no ha dado detalles de sus planes o su ubicación exacta, o incluso quién sería su enemigo.
Tras la revuelta de los miembros del Grupo Wagner, Prigozhin hizo una sola declaración en la que dio su versión de lo acontecido y garantizó que su intención no era la de “hacer caer al régimen”. Sin embargo, sus comentarios han desatado la polémica en varias ocasiones, especialmente cuando acusó a la oligarquía rusa y la cúpula militar de “engañar” a Putin para invadir Ucrania.
El propio Kremlin admitió que, como parte de un acuerdo para poner fin a la rebelión, Prigozhin podría trasladarse a Bielorrusia, algo que fue confirmado por el propio presidente bielorruso, Alexander Lukashenko.
Rusia busca destacar la “lealtad”
La rebelión del grupo paramilitar Wagner fracasó gracias a la “lealtad” del ejército, según declaró el lunes el ministro de Defensa, Serguéi Shoigu, uno de los mandos militares criticados por los amotinados.
“Estos planes fracasaron principalmente porque los miembros de las fuerzas armadas rusas demostraron lealtad hacia su juramento y deber”, declaró Shoigu en una reunión con oficiales.
Se trata de los primeros comentarios públicos del ministro de Defensa sobre esta rebelión armada, lanzada el 23 y 24 de junio por el líder del grupo Wagner, Yevgueni Prigozhin, quien acusaba a Shoigu y al jefe del Estado Mayor, Valeri Guerasimov, de incompetencia y de no proteger a sus hombres.
Shoigu, calificando el motín como un “intento de desestabilizar a Rusia”, afirmó que el ataque “no afectó” el trabajo de las tropas, especialmente en su campaña militar en Ucrania.
Las autoridades se esfuerzan desde la fallida rebelión en dar una imagen de normalidad.
El presidente Vladimir Putin se ha dejado ver con soldados o entre una multitud.
(Con información de Europa Press y AFP)
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