El Gobierno afrontó el pago de intereses al FMI por USD 840 millones, equivalentes a 600 DEGs (la moneda del FMI)

Se abonó con los yuanes habilitados tras la visita del presidente Alberto Fernández a China días antes de la primera vuelta electoral.

Tras ese pago, el nivel de reservas internacionales acusó un duro impacto y cayó por debajo de los USD 21.000 millones en términos brutos. Las reservas netas, en tanto, ya consolidan su posición negativa hacia los USD 11.000 millones según coinciden diferentes estimaciones privadas.

Con el pago en moneda china, el Gobierno repitió el mecanismo de la semana pasada, cuando afrontó el vencimiento por USD 2.600 millones con el saldo remanente de DEGs del último desembolso del Fondo Monetario a fines de agosto y completó el monto a cancelar con yuanes del segundo tramo del swap con China por USD 6.500 millones activado hace menos de un mes.

De esta manera, quedarían disponibles al día de hoy unos USD 4.500 millones del acuerdo con el Banco Popular chino, tras descontar los pagos de deuda y la mucho menor aplicación del canje de monedas para el pago de importaciones, el objetivo original del operación que engrosa las reservas brutas del Banco Central. Por ese último concepto, el pago de importaciones, la utilización del nuevo tramo es sustancialmente menor a la que se le dio en julio de este año cuando el Banco Central accedió a un monto total de USD 5.000 millones. En ese momento, el promedio diario de operaciones con yuanes se ubicó en USD 60 millones. Ahora no supera el 20% de esa cifra, de acuerdo al seguimiento de la consultora 1816.

El dato hace dudar al mercado del alcance de la “libre disponibilidad” de los yuanes, con la presunción de que la activación se restringió al pago de la deuda. Una segunda hipótesis también difundida es que, en rigor, el Gobierno trata de preservar esos recursos para transitar lo que queda del año tras las elecciones del 19 de noviembre, particularmente si el candidato oficialista, el ministro de Economía, resultara ganador.

El punto es que difícilmente ese giro del FMI llegue a tiempo para afrontar el compromiso ya que la revisión de las metas se vislumbra conflictiva. A la fecha, el Gobierno no está en condiciones de alcanzar ninguno de los objetivos, particularmente la meta de déficit fiscal que se ratificó en 1,9% del PBI como condición para el último desembolso de USD 7.500 millones después de las PASO. Lejos de acercarse a ese objetivo, las medidas de expansión fiscal adoptadas en el marco de la campaña de Massa, no sólo sobrepasaron la meta sino que también dañaron la relación con los técnicos del FMI. Es de esperar entonces que la renegociación de las metas o incluso del acuerdo completo se dilate. caso en el que la nueva gestión tendría a disposición los yuanes para cumplir con sus obligaciones.

Está claro que el escenario se modifica en caso de que gane las elecciones el candidato opositor Javier Milei. Por un lado, no surge claro qué acceso tendría al swap con China pero, a la vez, se presume una mayor flexibilidad del FMI ante el cambio de interlocutores y, sobre todo, de rumbo económico.

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