El Cabildo y símbolo de la Revolución de Mayo, para mantenerse en pie debió pasar por distintas transformaciones  

Un 22 de mayo de hace más de doscientos años atrás, alrededor de 250 personas debatieron en un cabildo abierto debatieron por horas la continuidad del Virrey Cisneros, representante de España, en lo que aquel entonces era el Virreinato del Río de La Plata.

El cabildo se fundó en 1580, por Juan de Garay, como uno de los cuatro solares que componían la manzana frente a la plaza mayor, con el fin de convertirla en un ayuntamiento, pero, años más tarde, el alcalde Manuel de Frías propuso la construcción de un cabildo.  

En ese entonces las paredes eran de adobe, su techo de paja, y en su interior contaba con un salón de reuniones y otro que funcionaba de cárcel. Para mediados de 1650, el techo ya era teja y contaba con un balcón y torres de madera y barro.  

El tiempo pasaba, el adobe se erosionaba y los techos de caña se caían, motivo por el cual, en 1725, se mandó a construir dos plantas, remodelación clave para lo que es la forma actual del edificio. Para antes del 1800, el cabildo, además, contaba con un reloj traído de Cádiz y una torre más alta.  

En 1845, se le sumaron dos campanas, como reemplazo del reloj europeo y en 1872 se amplió la estructura con la construcción de cinco arcos de cada lado. Cinco años después de esta ampliación, Pedro Benoit transformó el frente con azulejos y reforma de balcones y columnas. Para finales de siglo, más precisamente, en 1889, se demolieron los arcos derechos para abrir paso a la Avenida de Mayo, por lo que el reloj y las campanas se trasladaron a la torre del templo de San Ignacio.  

En la década de 1930, el cabildo atravesó otras reformas importantes, la inauguración de la avenida Diagonal Sur, hizo que tres de los arcos izquierdos fueran reemplazados por la esquina en ochava. Fue en 1933, que el Cabildo fue declarado por el Congreso como Monumento histórico Nacional por la ley 11.688. En 1936, el símbolo patrio ya lucia sin torre y con solo dos arcos de cada lado.  

Las ultimas reformaciones tuvieron lugar en 1940, a cargo del arquitecto Mario Buschiazzo, quien restauró el Cabildo basándose en una acuarela realizada por Carlos Enrique Pellegrini en 1829, y son dichas reformaciones las que se pueden ver actualmente en la histórica Plaza de Mayo.

  El Cabildo en la época del virreinato. 

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