Donald Trump asume por segunda vez la Presidencia de Estados Unidos en una ceremonia histórica

El republicano jura su cargo en el Capitolio, marcando un regreso simbólico y político con una serie de medidas ejecutivas para revertir las políticas de su predecesor.

Washington D.C. – En una ceremonia que quedará grabada en la historia, Donald Trump asumió este domingo la presidencia de Estados Unidos por segunda vez. A las 12:00 p.m. (hora de Washington), el republicano, de 78 años, juró su cargo con la mano sobre una biblia heredada de su madre, comprometiéndose a “proteger la Constitución” bajo la icónica cúpula del Capitolio, en un espacio de gran valor simbólico que conecta al Senado con la Cámara de Representantes.

Por primera vez en décadas, la investidura presidencial se celebró en el interior del Capitolio, rompiendo la tradición de hacerlo en los alrededores del edificio. A la ceremonia asistieron líderes mundiales, políticos de alto rango y figuras influyentes del mundo empresarial, incluidos magnates de Silicon Valley, quienes presenciaron el regreso de Trump al poder.

Una de las tradiciones más significativas de este evento es la reunión privada entre el presidente saliente y el entrante antes de la ceremonia. En esta ocasión, Joe y Jill Biden recibieron a Donald y Melania Trump en la Casa Blanca para compartir un té antes de la toma de posesión. Este gesto de cortesía, que fue omitido por Trump durante la asunción de Biden hace cuatro años, se convirtió en un acto simbólico de transición de poder pacífica entre las administraciones.

Tras jurar su cargo, Trump firmó una serie de órdenes ejecutivas que buscan revertir políticas clave de su predecesor, especialmente en áreas como inmigración, medio ambiente y salud. Con estas decisiones, el nuevo presidente ha dejado claro que su administración marcará un giro significativo respecto al mandato de Biden.

La investidura, que estuvo marcada por un tono solemne pero también por la determinación de Trump de consolidar su poder y visión para el país, abre una nueva era política en los Estados Unidos, con promesas de cambios radicales y un enfoque renovado en la política interna y externa.