Cónclave con final incierto: el legado pionero de Francisco en juego

Tres favoritos emergen en la carrera por suceder a Francisco, mientras que la espera prolongada refleja posibles diferencias internas en la Santa Sede.

El cónclave para elegir al próximo Papa presenta un escenario abierto, con varios analistas interpretando la demora en la fumata blanca como un signo de posibles desacuerdos y falta de unidad en la Santa Sede. Mientras tanto, tres candidatos parecen destacar como los principales favoritos para asumir la máxima autoridad de la Iglesia Católica.

El legado de Francisco, caracterizado por su apertura a temas sociales, diálogo interreligioso y reformas, pesa en la elección y genera expectativas sobre si el próximo pontífice continuará en esa línea o marcará un cambio. La espera y las negociaciones en los pasillos vaticanos mantienen en vilo a la comunidad católica en un momento de incertidumbre y expectativa global.

Algo es seguro: a los cardenales se les está acortando el tiempo para encontrar el candidato que alcance los dos tercios. Están concluyendo sus plenarios en los que analizaron la situación de la Iglesia en el mundo, sus desafíos y el perfil del futuro papa.

En charlas informales, los distintos grupos buscan consensuar un nombre que los represente para entrar a la Capilla Sixtina a votar con el candidato definido.

El hecho de que sea el cónclave más concurrido y diverso de la historia de la Iglesia -los cardenales representan a 71 países de los cinco continentes- y que muchos de los purpurados fueron creados en los últimos años y no se conocen, lleva a pensar que podrían tardar más tiempo en ponerse de acuerdo. Juan Pablo II fue elegido al tercer día del cónclave, mientras que Benedicto XVI y Francisco al segundo.

La demora podría ser leída como una muestra de falta de unidad en la Iglesia. Pero también como el deseo de encontrar al mejor candidato de consenso. Así las cosas, final abierto.

COMENTARIOS

Los comentarios están cerrados.