Cada 28 de mayo se conmemora «El Día de los Jardines de Infantes y de la Maestra Jardinera»

 Es en homenaje a la maestra riojana Rosario Vera Peñaloza, nacida el 25 de diciembre de 1873 en el pueblo riojano de Atiles y falleció en 1950.

Estudió dibujo, tejido de telares, corte, confección, artes decorativas y trabajo manual. Cursó sus estudios en San Juan y Paraná, donde se recibió con el título de Superior de Enseñanza en 1894.

En 1900 cuando fundó el primer jardín de infantes argentino, como anexo a la Escuela Normal de La Rioja. Después trasladó la misma experiencia a Córdoba, Buenos Aires y Paraná.

Gran valoración para las maestras

Para desarrollar esta profesión se requiere mucho esfuerzo, preparación y sobre todo una férrea vocación. Los niños pueden ser inquietos, rebeldes e impredecibles.

Una maestra infantil debe ser capaz de mantener a los niños en un ambiente seguro y divertido donde se puedan expresar abiertamente de manera creativa, hacer amistades y adaptarse a estar sin sus padres.

Cualidades esenciales para trabajar con los chicos

Por eso es esencial contar con algunas cualidades personales vitales para desempeñar un buen trabajo con niños.

La maestra jardinera requiere niveles extraordinarios de paciencia, motivación, creatividad y, sobre todo, amor por los niños. 

Es capaz de controlar una clase cuando se desarrollan las actividades educativas y también cuando los niños se divierten. Tiene estrategias para crear un ambiente acogedor y motivador en el que los niños puedan aprender divirtiéndose.

Es vital tener vocación, se preocupa por el desarrollo, el aprendizaje y el bienestar de cada niño y de toda la clase en general. Brindan dedicación y tiempo para trabajar con los pequeños y llegar a conocerlos y educarlos.

 Rosario Vera Peñaloza, nacida el 25 de diciembre de 1873 en el pueblo riojano de Atiles y falleció en 1950.

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