El exmandatario, quien lideró el país entre 1977 y 1981, falleció tras haber estado en cuidados paliativos durante dos años. Su legado como defensor de los derechos humanos y promotor de la paz perdurará en la historia.
Jimmy Carter, expresidente de los Estados Unidos, falleció a los 100 años tras permanecer en cuidados paliativos durante los últimos dos años de su vida. Carter, quien lideró la nación norteamericana desde 1977 hasta 1981, dejó una marca profunda en la política internacional y en las causas humanitarias que abrazó tras su paso por la Casa Blanca.
Durante su presidencia, Carter impulsó políticas orientadas a la defensa de los derechos humanos y la paz mundial. Entre sus logros más destacados se encuentra la mediación de los Acuerdos de Camp David, que establecieron un tratado de paz entre Egipto e Israel, un hito en la diplomacia internacional. Sin embargo, su mandato también estuvo marcado por desafíos internos, como la crisis energética y el conflicto de los rehenes en Irán, que afectaron su popularidad.
Tras dejar la presidencia, Carter se dedicó al activismo y la filantropía, fundando el Centro Carter, una organización enfocada en la promoción de la democracia, la lucha contra las enfermedades y la mediación de conflictos internacionales. En 2002, recibió el Premio Nobel de la Paz por su labor en favor de la resolución pacífica de conflictos y su compromiso con los derechos humanos.
Jimmy Carter vivió sus últimos años en su hogar en Plains, Georgia, junto a su esposa Rosalynn, con quien compartió más de 75 años de matrimonio. Su familia y amigos lo recordarán como un hombre dedicado a la justicia, la igualdad y la paz, valores que marcaron toda su vida.
El fallecimiento de Carter cierra un capítulo significativo de la historia de Estados Unidos, pero su legado como líder y humanitario continuará inspirando a generaciones futuras.

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