El ex gobernador de San Juan, Sergio Uñac, quien alguna vez se proclamó defensor de la transparencia, ahora celebra la ficha limpia como si fuera un gol de Montiel, olvidando su propio historial de promesas incumplidas.
En un giro irónico digno de una telenovela, Sergio Uñac, aquel que prometió impulsar la ficha limpia en San Juan durante su interna con Gioja, ahora se abraza a la ley como si fuera el salvador de la patria. ¿Acaso olvidó sus propias palabras? ¿O será que la memoria es selectiva cuando se trata de mantener la imagen pública?
Uñac, quien durante su mandato como gobernador se comprometió a promover la transparencia y la ética en la función pública, hoy festeja como si hubiera hecho un gol de último minuto. Sin embargo, su historial deja mucho que desear. Prometió impulsar la ficha limpia en San Juan, pero sus acciones no siempre estuvieron a la altura de sus palabras.
Ahora, con la ficha limpia a nivel nacional en el horizonte, Uñac vuelve a subirse al carro de la transparencia, como si nada hubiera pasado. ¿Será que busca redimirse? ¿O simplemente está aprovechando la oportunidad para lavar su imagen?
Lo cierto es que la actitud de Uñac genera suspicacias. ¿Podemos confiar en alguien que promete una cosa y hace otra? ¿O estamos ante un nuevo caso de hipocresía política?
La respuesta, como siempre, queda en manos de los ciudadanos. Pero una cosa es segura: la memoria es un arma poderosa, y no debemos olvidar las promesas incumplidas de aquellos que nos gobiernan.
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