Aunque el Pontífice preparó las meditaciones para la ceremonia en el Coliseo romano, su estado de salud lo mantuvo alejado de la conmemoración, que reunió a 20,000 personas.
El Papa Francisco, a pesar de no poder asistir al tradicional Vía Crucis que se llevó a cabo en las inmediaciones del Coliseo romano, estuvo presente en espíritu, ya que él mismo preparó las meditaciones que se leyeron durante la ceremonia este Viernes Santo. Esta actividad, que conmemora la Pasión de Cristo, reunió a unas 20,000 personas que se reunieron para reflexionar sobre las etapas que llevaron a su crucifixión.
El pontífice sigue recuperándose de problemas de salud que le han exigido un cuidado especial en las últimas semanas. A pesar de su ausencia en el evento, su mensaje y pensamientos fueron compartidos con los fieles, quienes meditaron sobre el sufrimiento y la redención que representa la Pasión de Cristo.
El Vía Crucis es una tradición profundamente significativa en la comunidad católica, y este año, el evento continuó en un ambiente de oración y reflexión, tal como el Papa lo había planeado. Con un fuerte sentido de comunidad, los asistentes unieron sus voces y corazones en oración, esperando la pronta recuperación del Pontífice y su regreso a las actividades.
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