La canasta de servicios aumentó 375% en lo que va del año: una familia ya destina $143.000 a pagarlos
El costo de la canasta de servicios básicos se disparó un 375% en 2024. El gasto en tarifas eléctricas, transporte público y otros servicios esenciales afecta cada vez más el presupuesto familiar. El mayor incremento se dio en el gas natural, con un alza del 1085%.
El aumento de los servicios básicos en Argentina ha alcanzado niveles alarmantes, con una suba del 375% en lo que va del año. Según los últimos informes, una familia promedio ya necesita destinar aproximadamente $143.000 mensuales para cubrir estos gastos esenciales, lo que representa una carga significativa en su presupuesto.
La canasta de servicios incluye, entre otros, tarifas eléctricas, transporte público, agua, gas y telecomunicaciones. Este incremento generalizado ha impactado fuertemente en el poder adquisitivo de los hogares, que ven cómo sus ingresos se destinan cada vez más al pago de estos servicios básicos.
El mayor incremento se registró en el gas natural, cuyo precio ha escalado un 1085% en lo que va del año. Este aumento se debe a la eliminación de subsidios, ajustes tarifarios y la inflación descontrolada que afecta a la economía del país. Las tarifas eléctricas también han experimentado subas significativas, complicando aún más la situación para las familias argentinas.
El transporte público, otro componente clave de la canasta de servicios, ha sufrido varios ajustes tarifarios a lo largo del año, lo que ha elevado los costos para quienes dependen de este medio para trasladarse. Estos aumentos han generado preocupación, especialmente en los sectores de menores ingresos, que destinan una mayor proporción de su salario a cubrir estos gastos.
La inflación y las políticas de ajuste han sido factores determinantes en el encarecimiento de los servicios básicos. Las perspectivas a futuro no son alentadoras, ya que se anticipan nuevos incrementos debido a la inestabilidad económica y a la necesidad del gobierno de reducir el déficit fiscal.
Organizaciones de consumidores y sindicatos han expresado su preocupación por el impacto de estas subas en el bienestar de las familias y han solicitado al gobierno medidas de alivio, como la reimplementación de subsidios o la congelación de tarifas. Sin embargo, el margen de maniobra del Estado es limitado debido a la situación fiscal del país.
En este contexto, muchas familias buscan alternativas para reducir su consumo de servicios o, en algunos casos, enfrentan la difícil decisión de priorizar entre el pago de servicios básicos y otros gastos esenciales, como alimentos y salud.
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