Bolivia en crisis post-golpe: Tensión y movilizaciones persisten tras la asonada fallida
Un día después del intento de golpe, Bolivia enfrenta una situación de alta tensión con movilizaciones y bloqueos, mientras el gobierno refuerza la seguridad tras los eventos en La Paz.
Bolivia continúa sumida en una profunda crisis política y social luego del intento de golpe de Estado ocurrido el miércoles. Aunque los tanques del ejército ya no están presentes en la Plaza Murillo de La Paz, la presencia policial ha aumentado significativamente alrededor del Palacio Quemado, sede del gobierno, como medida preventiva ante posibles disturbios.
El presidente Luis Arce, quien fue blanco del golpe fallido, enfrenta ahora el desafío de restaurar la estabilidad institucional y calmar las tensiones internas. Mientras tanto, desde el oficialismo se intenta consolidar una imagen de resistencia contra las supuestas ambiciones golpistas, mientras que sectores de la oposición especulan sobre la veracidad de las acusaciones de Arce contra el general Juan José Zuñiga, líder del movimiento militar.
El jueves por la noche, Arce desmintió las acusaciones de autogolpe y afirmó que Zuñiga actuó por iniciativa propia, desvinculándolo de cualquier planificación oficial. Actualmente, Zuñiga se encuentra detenido junto a otros 16 individuos, la mayoría militares, acusados de participar en la intentona golpista. Tres militares retirados también están siendo buscados por las autoridades.
La situación en Bolivia se agrava por la crisis económica que enfrenta el país, caracterizada por la escasez de combustible y la falta de dólares en el mercado. A menos de un año y medio de las elecciones presidenciales, programadas para agosto de 2025, la crisis política ha exacerbado las divisiones y desconfianzas en la sociedad boliviana.
Raúl Peñaranda, analista boliviano y director del portal Brújula Digital, comentó a TN que las teorías sobre un posible autogolpe ganan fuerza entre la opinión pública, mientras que otra versión sugiere una acción personal de Zuñiga motivada por presuntas traiciones.
La incertidumbre y las especulaciones continúan marcando el panorama en Bolivia, donde la estabilidad política y económica sigue siendo una preocupación constante para los ciudadanos y observadores internacionales.

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