El Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional N°31 procesó a Fernando Espinoza, el intendente de La Matanza, por abuso sexual simple

También lo imputó por “desobediencia”, ya que habría violado la prohibición de acercamiento que tenía con la denunciante. Así lo resolvió el Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional N°31.

El político fue denunciado por su exsecretaria privada, quien también lo acusó de desobedecer la prohibición de acercamiento para pedirle que retire la denuncia. El político fue denunciado por su exsecretaria, que lo acusó de haber abusado sexualmente de ella en su propio departamento. La mujer radicó la denuncia el 3 de junio de 2021 ante la Oficina de Violencia Doméstica. A partir de entonces, la causa empezó a ser investigada por la UFIJ N°8, a cargo de Alejandra María Núñez, y en las últimas horas tuvo importantes avances. Si bien se resolvió que Espinoza continúe el proceso en libertad, la jueza María Fabiana Galletti lo procesó penalmente y le trabó un embargo por $1.500.000.

Los detalles de la denuncia contra Espinoza La mujer denunció que comenzó a trabajar “en negro” en la Municipalidad de La Matanza, como secretaria privada de Espinoza, y la registraron con el nombre falso de “María Micucci”, pero nunca supo por qué. Cobraba entonces $150.000. Días antes del supuesto abuso, la denunciante declaró que el intendente le dijo que iría a su casa a cenar. “Fue una imposición como algo decidido por él”, aclaró. “Me intimidó, no tenía opción de decir que no. Terminé aceptando, pero presionada”, dijo en su testimonial. “Esa noche no pasó nada y cenamos normalmente, pero me sentí muy incómoda. A los pocos días, volvió a mi casa. Durante la cena tuve una sensación física extraña. Pensé que me había puesto algo en la bebida.

Él me preguntó cosas personales y yo le aclaré que estaba en pareja con su amigo”, relató. Finalmente, según su declaración, el día 10 de mayo fue la tercera y última vez que cenaron. “Ese día en la Municipalidad el imputado le ordenó que se fuera temprano porque a las 21:00 horas iría a su casa, a lo que agachó la cabeza por sentirse ‘consumida de estrés y presión, porque era una decisión de él, nunca le preguntaba’”, dice el procesamiento fiscal. Cuando terminaron de comer, siempre en base al relató la víctima, Espinoza le contó que tenía dolores cervicales y de espalda, y le pidió que le hiciera masajes. Que la víctima le ofreció darle algún calmante muscular, pero él insistió: “No tengas miedo, dale”, le habría dicho, mientras la miraba de manera intimidante. “Se desabotonaba la camisa y me insistía con que no tuviera miedo porque las mujeres de sus amigos para él tenían bigote”, aclaró la denunciante.

El imputado empezó a manosearla mientras le decía: “Quedate tranquila, siempre te tuve ganas. Va a estar todo bien”. Después de eso, Espinoza se habría sacado el pantalón e intentó desnudarla en contra de su voluntad. “Me dijo que se iba, que no me preocupe, pero de una manera amenazante”, añadió la mujer en su denuncia. Por último, contó que se puso a llorar y le preguntó si la iba a echar, y la respuesta del intendente habría sido: “No, gorda. Esto queda acá entre nosotros. Lo que pasa en el trabajo es cosa del trabajo”. Sin embargo, la última frase que deslizó Espinoza habría sido: “Sos una boluda, no sabes lo que te perdes”. La mujer hizo la denuncia varios días después del supuesto hecho, a raíz de un mensaje que la hizo “desbordar”.

Según contó, el imputado le habría mandado por Telegram un texto que decía: “Cuándo me vas a invitar a cenar de nuevo”. Por eso, pidió una medida cautelar a la Justicia, para evitar que se acerque a ella a menos de 500 metros. Después de eso, la denunciante volvió a ir a la comisaría para informar que habría recibido mensajes amenazantes de personas allegadas a Espinoza. “Retirá la denuncia y no te va a pasar nada”. También agregó que el propio intendente fue hasta su casa un mes después para decirle que si desistía de la acción penal, le iba a conseguir otro trabajo.

En el dictado de procesamiento, la jueza Galletti volvió a pedir una restricción de acercamiento y de todo contacto, ya sea física, telefónica o virtualmente, bajo apercibimiento, es decir, que sí incurre de nuevo en la desobediencia, el intendente podría ir preso.

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