Etiquetado de Eficiencia Energética: una herramienta clave para ahorrar en el hogar

El uso de artefactos con la mejor calificación en Eficiencia Energética no solo mejora el confort del hogar, sino que puede significar un ahorro considerable en la factura de energía eléctrica, equivalente a un sueldo extra o un segundo aguinaldo completo.

Cada vez más argentinos están prestando atención a las etiquetas de Eficiencia Energética (EEE) en los electrodomésticos, y por una buena razón: comprender y utilizar correctamente esta información puede traducirse en un ahorro significativo en las facturas de energía eléctrica. Con el peso creciente de estos costos en la economía familiar, elegir artefactos con la mejor calificación en el EEE se ha convertido en una prioridad para muchos hogares.

En países desarrollados como Gran Bretaña, España y Alemania, el EEE es un factor determinante en la elección de electrodomésticos para el hogar, e incluso influye en la valoración de propiedades por parte de las inmobiliarias. En Argentina, aunque la práctica todavía no está tan arraigada, se espera que el interés por el etiquetado energético crezca a medida que más personas comprendan su importancia en términos de ahorro y eficiencia.

La clasificación en las etiquetas de EEE se representa mediante letras y colores, desde la A (verde) hasta la G (rojo), indicando los niveles de eficiencia energética. Cuanto mejor sea el desempeño del electrodoméstico en términos de consumo de energía, más alta será su calificación. Además, productos como las lámparas LED se subdividen en categorías como A+, A++ y A+++, lo que ofrece aún más opciones para elegir la tecnología más eficiente.

Según datos del Instituto Nacional de Normalización y Certificación (IRAM), las pruebas realizadas en laboratorios son la base para determinar los niveles de eficiencia energética de cada modelo de electrodoméstico. Por ejemplo, las lámparas LED A+ consumen un 42% más que las A++, y las incandescentes consumen entre 7 y 8 veces más que las LED.

La utilización de tecnologías más avanzadas en lugar de las menos eficientes puede representar un ahorro significativo en el consumo de energía de un hogar promedio. Esto se traduce en un menor gasto en las facturas de servicios públicos y, en última instancia, en un alivio para la economía familiar.

A medida que más argentinos se familiarizan con el etiquetado de Eficiencia Energética, se espera que el gobierno y otras instituciones promuevan su uso como una herramienta clave para el ahorro energético a nivel nacional. En un país donde más del 30% del consumo de energía se concentra en los hogares, el fomento de prácticas eficientes puede tener un impacto significativo en la economía y el medio ambiente.

COMENTARIOS

Los comentarios están cerrados.